Miedo : ¡No puedes pasar!

Como a todos alguna vez hay películas o libros que te hacen despertar y sin que puedas entender por qué una sola frase nos hacen replantearnos toda una vida .

Haces años vi una película de Ricardo Darín ,”El mismo amor la misma lluvia”. Es la historia de un escritor que poco apoco se acaba convirtiendo en todo lo que detesta y perdiendo al amor de su vida. Hacia el final de la película se reencuentra con la chica y  le dice:

 

– Yo de lo que tendría que escribir es del miedo porque YO EN MIEDO  CÁTEDRA, por miedo te perdí y por miedo me perdí a mi.

 

Recuerdo que en aquel momento llore,”yo en miedo  Cátedra”, me imagino que mis lagrimas resbalaron porque mi corazón se dio cuenta de que yo había ido a la misma universidad y si me apuran saqué Cum Lauden.

 

Hace unos días encontré un texto de Ramtha hablando de una escena del señor de lo anillos. Es la escena de la batalla de Gandalf en el puente.  Esta es la reflexión que él hace :

 

Cuando el maestro profesor se encuentra sobre un puente sumamente endeble delante de un monstruoso nigromante, tan siniestro y aterrador que te haría estremecer, y le dice: «no puedes pasar», -un pequeño maestro en contra de un enorme nigromante- ese es el pasaje que capta el mito del Observador y de las voces del nigromante más genialmente que ninguna otra obra escrita.

 

Esa es la verdadera historia de un maestro; ese pasaje en particular: «no puedes pasar». Una pequeña entidad que le habla a un enorme nigromante que se acerca desde el otro lado del puente. Debajo del puente yace el abismo, y el maestro, protegiendo a los que ya habían pasado, se adelanta y dice: «no puedes pasar».

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Esto es lo más profundo del mensaje: el nigromante podría, con toda seguridad, despedazar al maestro en el puente, puesto que es mil veces más grande. Pero el maestro tiene algo que el nigromante no tiene: voluntad.

 

«No pasarás. No me importa lo grande ni lo malo que seas; no me importa lo feo que seas. No pasarás, porque yo lo digo.» Esta es el arma más efectiva que existe. Y el maestro y el nigromante libran la batalla.

 

Cuando frente a un peligro horroroso, una persona llega al borde y dice «no  pasarás», ese es el gran momento en que el Dios se hace presente y dice: «No pasarás. No me importa si piensas que puedes matarme. No me matarás jamás, porque no pasarás. No importa lo que le hagas a mi cuerpo, lucharé contra ti aunque no tenga cuerpo, y aun así no pasarás.

 

Eso es voluntad. ¿Y sabes qué se requiere para ser de este calibre? Ser el Observador, que es intrépido e incorruptible.

 

¿Quiénes son tus nigromantes? Son los demonios que has creado y agrandado a partir de situaciones de tu vida que son ridículas. El día que tu Observador se detenga en el puente y diga: «Hasta aquí has llegado. No vas a pasar por aquí hacia mi nueva vida; estoy aquí para decirte que hasta aquí has llegado.

 

 

Y el enemigo sutil es tu pasado y tu victimismo y todas las cosas que repites continuamente: «si no hubiera sido por este incidente… si no hubiera sido por esto otro…» ¿No me has escuchado? Los conviertes en nigromantes. Y cuanto más obligados se ven a destrozar tu vida y tu poder, más grandes se vuelven. Y solamente existen en tu mente.

 

 

No importa de qué voz se trate: es siempre el nigromante en el puente. Y hasta este momento has permitido que ese nigromante devore todo en tu vida. Le has permitido que devore el corazón de tu vida. Por eso os llamo los muertos vivientes.

 

Cuándo será el día que te levantes y digas: «Escucha, me da igual lo que sea de mí al otro lado del puente. Simplemente ya no vas a salirte con la tuya. Y puede que no tenga el mismo aspecto ni me sienta igual. No lo sé. Pero estoy cansado de que me persigas, y en verdad, estoy harto de acobardarme ante tus necesidades. Verdaderamente lo estoy.» Y ese es el día que te detienes y dices: «Ya no puedes pasar. Intenta destruirme con tu mejor arma. Haz lo que tú pienses que me acobardó en el pasado; jamás volverá a acobardarme de nuevo.» Este es el día en el que te vistes de blanco. Es el día en el que entiendes el mensaje.

A mi personalmente me parece genial y estoy intentando apuntarme al numeroso ejército de «observadores» que dicen : miedo ,»NO PUEDES PASAR».

Vanesa Saavedra