Acertando.

Seguridad es confiar en mis propias capacidades independientemente de las circunstancias externas. Saber que, pase lo que pase, dentro de mí tengo los recursos necesarios para darme lo que necesito en cada momento. Para llegar a sentir esta confianza mi dialogo interno tiene que ser fluido.

La escucha interior y la comunicación directa con mi intuición me acercan a la confianza en mis propias capacidades.

Desde pequeñitos aprendemos que  hay alguien fuera que sabe mejor que nosotros lo que debemos hacer, pensar o sentir, desde nuestros padres, pasando por  maestros, amigos, pareja, médicos etc.

Teniendo en cuenta que hemos depositado fuera las respuestas a nuestro propio camino, no es de extrañar que cuando llegamos a la edad adulta nuestra  intuición esté dormida o, mejor dicho, no sepamos escucharla porque nuestras orejas llevan años de entrenamiento y práctica en la escucha externa.

Educar el oído interno, como casi todo en la vida, es cuestión de práctica y, si me lo permitís, una práctica que merece la pena porque las respuestas a nuestro camino están dentro de nosotros.

Intuición + confianza en nuestras propias capacidades = piernas bien estructuradas.

El próximo  5/11/2009 daré una conferencia gratuita  en  Espacio Octo: Aprendiendo a caminar, donde se hablará de la importancia de la conciencia corporal y de cómo adquirirla. Para mas información pulse aquí.

Vanesa Saavedra

Con los pies en la tierra.

 

Cuando terminé la carrera de fisioterapia empecé a trabajar. Como os podéis imaginar mi trabajo consistía fundamentalmente en dar masajes de una hora lo que requería que estuviese de pie mucho tiempo. A medida que iba aumentando el número de pacientes lo hacían las horas que debía permanecer de pie.

Mis piernas empezaron a protestar, me llegaron a doler tanto que no pocas fueron las veces en que con el paciente bocabajo se me saltaban las lágrimas y pensaba que me había equivocado de profesión y que yo no podría con aquella vida.

Entonces tenia 23 años, por supuesto, tampoco podía caminar con tacones porque me dolía por detrás de los dedos como si pisara sobre clavos. 11 años después mis piernas no sólo no se cansan en las sesiones sino que si estoy presente en mí se recargan y por supuesto, puedo llevar tacones que me ayuden a mejorar mi 1,60cm.

La salud de los pies es la base para disfrutar de un cuerpo saludable. Las molestias de piernas, rodillas, caderas y, me atrevería a decir que del resto del cuerpo, son consecuencia y no causa del problema.

Como he dicho los pies son la base y no sólo del cuerpo, ellos representan las ideas sobre las que nos construimos, las creencias que damos por validas y sobre las que se construyen todas las demás.

Los pies no envejecen, se anquilosan por falta de conciencia y como no los usamos acabamos abusando de otras estructuras que acaban deteriorándose.

A lo largo de estos años he podido observar que  ante cualquier dolencia  el trabajo siempre empieza por aumentar la conciencia corporal de las piernas y  pies porque, incluso para afrontar las cuestiones emocionales de la vida, es preciso tener una buena base o como dice la sabiduría popular “tener los pies en la tierra”.

La conciencia corporal te permite acceder a un mayor conocimiento y conciencia integral.  

El próximo  5/11/2009 daré una conferencia gratuita  en  Espacio Octo: Aprendiendo a caminar, donde se hablará de la importancia de la conciencia corporal y de cómo adquirirla. Para mas información pulse aquí.

Vanesa Saavedra