Reflexiones en París

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Desde donde los ángeles custodian, entre el todo y la tierra, sencilla  luz algodonosa filtra y limpia nuestra pequeñez.

Azul y blanco, inmensidad rayada y brumosa.

Azul y blanco, sencillez bicolor adornada de si misma. Como todo lo que amo me recuerda al mar;

espuma y agua, ampliada y serena perspectiva de la verdad elegida.

Los pensamientos recurrentes de preocupaciones no tienen cabida cuando se vive el momento.

Comprendes el tiempo malgastado en comprender pasado y anhelar futuro.

¡ Es tan fácil vivir y nos tiramos todo el día soñando !

La repetición sin comprensión es vida perdida y como ya vivimos el milagro que es aprovecharla, el alma se duele de tanto desperdicio.

 Vanesa Saavedra

Published in: on febrero 23, 2009 at 9:03 am  Comments (4)  

Fusión

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Desde pequeña sentí la necesidad de escribir las cosas que llevaba dentro, sin embargo cuando releía lo escrito sentía una gran fustración porque no reflejaba lo que yo quería expresar.
El trabajo corporal sin duda abrió un puente entre lo que sentía y mis manos dándome la oportunidad de sacar aquello que siempre quise compartir.

Cierras los ojos y abres el espíritu, pierdes la noción del cuerpo, fusión.
Silencio absoluto, perfecta belleza, viaje a la nada serena.
Dos labios se funden para experimentar la grandeza del universo, ausencia de resistencia.
Entrega absoluta experimentando la vida.
El tiempo desaparece, surgen las caricias, nada que comprender, solo sentir la abrumadora grandeza de estar vivo.
Nada que esperar, eres y estas para tí y para el otro, que sois lo mismo, todo.
Momentos sin juicio que no tienen precio.
Añoro el silencio expresándose cuando dos personas se conceden el permiso de amarse a sí mismos, en una entrega sin condiciones, honrando sin saberlo al dios que todos somos y que late dentro.
Descubrí lo que es tocar, oler, saborear, oir y ver haciendo el amor con la vida.

Vanesa Saavedra

Al sol, al agua,a la vida,a ti………

El trabajo corporal nos da acceso a procesos emocionales no resueltos tanto consciente como inconscientemente. Hoy sabemos que el ser humano usa menos del 10% de cerebro, esto quiere decir que la mayoría de nuestros actos tiene una motivación inconsciente.

Con el tiempo vi que el hacer un trabajo corporal también permite acceder  a nuestros bloqueos inconscientes y liberarlos, aunque la forma de trabajarlos y su lenguaje sea diferente.

En la medida que fui trabajando mi cuerpo empezaron a aflorar  deseos atrapados en mi interior y una mejor comunicación con mi inconsciente abriéndome la puerta de mi Ser interno. Lo que viene a continuación  fueron los primeros pasitos que hoy quiero compartir.

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El cuerpo mojado de piscina,

¿y el alma?…buscándose en tripa y corazón, rabiosa de experiencias.

Anhela más, pide ser vivida,

sentir cada todo de la vida …..y yo ….quiero dárselo.

La noto enlentecida, como un armario inmenso ocupado de deshuso.

Oigo el silencio de lo no vivido apunto de espirar.

¿Por qué no se lo doy? ese grito, el hambre son mias.

Al igual que lenguaje me falta transporte para actuar los anhelos de mi alma,

falta la llave que todo lo une.

Siento latir la densidad del vacío,

puedo ver sin ojos que ya está lleno, en perfecto orden comprendido.

El ahora es la amnesia del vacio entre el antes y el después: la Fe.

Vanesa Saavedra