El perdón.

Una paciente viene a consulta y me comenta que está enfadada  con alguien que “nunca“ le devuelve las llamadas o lo hace demasiado  tarde y que cuando le ha pedido ayuda ha intentado escurrir el bulto y así un sinfín de quejas más. Hacia 5 años habían estado muy unidos y su comportamiento era totalmente diferente.

Me comenta que ella no se  comporta así  “jamás” con ningún amigo  y me pide ayuda para aceptar la situación pues, a pesar del tiempo y de que ha intentado aceptar que esa persona es como es  y no puede cambiarla, cada vez que tiene contacto con ella siente una gran decepción.

La paciente hace una rápida revisión mental de su comportamiento con sus amigos citando a 6 o 7 personas y constata que ella siempre les devuelve las llamadas , contesta a los mensajes y acude si le  necesitan.

Sin embargo, cuando le pregunto si además de esas personas que considera sus “principales” amigos se  relaciona con más gente, reconoce que de una forma más o menos regular lo hace con una docena más aproximadamente.

En seguida cae en la cuenta de que a  esos amigos “secundarios” muchas veces no les contesta o lo hace demasiado tarde y alguna que otra vez se ha escaqueado cuando le han pedido ayuda , quizá precisamente por considerarlos secundarios.

Pero la acción  es la misma sean principales o secundarios y si ella no perdona al que le trata como ella misma hace , no podrá perdonarse algo que como hemos visto ni siquiera tenía consciente.

El perdón se conquista desde dentro , Una vez que reconozco mi acción y me la perdono el perdón al otro llega solo, porque ¿ Cómo voy a enfadarme con alguien que hace lo mismo que yo?

¿Por qué será que la imagen de pedir perdón es la unión de nuestras manos? Quizás signifique sólo la aceptación  con mi mano derecha de  lo que hace mi mano  izquierda ,o lo que es lo mismo, la aceptación de mis luces y mis sombras ……..

Vanesa Saavedra

Pecado original

«Mata a mis demonios y mis ángeles morirán con ellos»

Se dice que el pecado original es el pecado cometido por los primeros padres de la humanidad (Adán y Eva) al desobedecer el mandato divino de no comer del árbol de conocimiento del bien y del mal. El pecado fue castigado con la expulsión de la humanidad del paraíso o jardín del Edén.

Quizás el pecado original sea entonces juzgar .¿Pues qué es sino catalogar algo de buen o malo?. Estamos acostumbrados a creer el sueño de que existen las dos caras de una moneda y arbitrariamente colocamos socialmente los actos, acciones y sentimientos en una u otra cara. Pero resulta que la moneda es una, es decir, la unidad, es decir, la ausencia de juicio, es decir, el paraíso.

El paraíso consistiría en  no luchar por ser o estar en  un lado de la moneda porque sin el otro ésta nunca existiría.¿Acaso existiría la tierra solo con la día o con la noche? Sólo son diferentes tonalidades de luz que conforman un día entero ………

Vanesa Saavedra

Mírate al espejo.

Ahora vemos por espejo, oscuramente; mas entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui conocido. San Pablo
La mayoría preferimos ser víctimas que verdugos y tal y como nos relacionamos es normal. A la victima se la compadece y al verdugo se le juzga y no sólo hablo de los demás sino también de nosotros mismos.

Es cierto que es muy doloroso ser víctima pero frente a los demás es más cómodo e insisto sobre todo frente a nosotros mismos.

A nadie le gusta ser objeto de una traición si bien es cierto que le otorga el papel de ser consolado y le permite dar lugar a la tristeza. Sin embargo, lo que no solemos contemplar es el dolor que causa ser verdugo o ser responsable del dolor de otro.

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En mi experiencia profesional y personal ser verdugo es  más doloroso y difícil de asumir pues incluso el que se comporta como verdugo abiertamente justifica su comportamiento aunque sea por venganza porque, ante uno mismo, nadie quiere reconocerse como una mala persona.

El ser humano es muy complejo y lo que suele hacer es colocarse en el papel de víctima con tal de no sentir el dolor que causa ser verdugo.

Piensa en cualquier situación o comportamiento de otro que te haga sentir víctima y se repita constantemente en tu vida.

Volvamos al ejemplo de la traición. Si te sientes traicionado una y otra vez mi consejo es que busques que traición has cometido tú que no te perdonas y dejes de trabajarte liberar el dolor de ser traicionado pues no es más que una cortina de humo para tapar tu propio sentimiento de culpa.

Esto es más serio de lo que parece pues hay gente que se pasa años hablando y yendo a terapias para superar lo que les hicieron y cada paso en esta dirección les aleja más de resolver el origen del problema. Una y otra vez atraen situaciones  de traición que acaban tapando su “delito” original llegando al olvidarlo para siempre perdiendo la posibilidad de recuperar la libertad  de Ser.

He hablado de traición pero es extensible a cualquier comportamiento del que nos sintamos víctimas y no hay que asustarse por reconocer que hicimos algo que causo dolor, pues suele ser por inconsciencia, sólo hay que reconocer la responsabilidad que se tuvo y pedir y pedirnos perdón.

Vanesa Saavedra