Aceptación

Ego= tenemos aquello que nos merecemos (juicio) = envidia

Ser = tenemos aquello que necesitamos para evolucionar = aceptación.

Se dice de la envidia que es uno de los siete pecados capitales y aunque mi manera de entender la vida se aleja bastante de la moral judeo cristiana, en este caso, estoy deacuerdo en que la envidia no es algo deseable, en tanto en cuanto nos aleja de nuestro propio camino.

Tanto en consulta como en el día a día escucho quejas de personas que miran a su alrededor y envidian las circunstancias del otro. Más común todavía es creer que el otro no las merece.

Cada uno tenemos un camino propio y único que no es otro que el que nos lleva a nuestra propia esencia, donde seguramente nos reencontremos  todos. Si mi camino es único ¿ por qué tendría yo que tener las mismas circunstancias que el de al lado para llegar  a la aceptación y conocimiento de lo que soy?.

Lo que no podemos saber es la realidad, pensamientos y creencias que tiene la persona envidiada en  sus circunstancias. Quizá alguien rodeado de éxito profesional se sienta esclavo de su posición aunque a nosotros nos parezca una situación “ideal”.Quizá tenga que vivir el éxito profesional sólo para desidentificarse del reconocimiento social y ser libre.

Muchas mujeres envidian a otras por el hecho de tener pareja cuando tenerla no es en sí algo bueno o malo sino un campo de experimentación para evolucionar. Si ella la tiene y tú no, es porque para seguir el sendero de su camino es la circunstancia apropiada y en el tuyo probablemente, en ese momento, no.

Si mi meta es la aceptación de lo que soy y pongamos por ejemplo que eso representa el camino de Madrid a Valencia ¿ Por qué envidiar al que va a Sevilla?. Allí él se reencontrará consigo mismo, con lo que es. Si tú pretendes seguir su camino sólo encontrarás  Sevilla.

Y continuando con la sabiduría popular, ¿no dicen que TODOS los caminos llevan a Roma(Ser)?..Entonces……. ¿Por qué no aceptar el nuestro?….

 Vanesa Saavedra

No te limites III

Hemos aprendido a desear, esa es una de las mayores creencias que arrastramos y una de las mayores fuentes de sufrimiento. Dentro de todos los comportamientos aprendidos quizás el mayor sea el de la felicidad.

Creemos que obtener determinados bienes materiales, relaciones, tipos de vida, amigos, viajes, etc. es un deseo propio cuando en realidad, a cada uno la felicidad nos la proporcionan caminos y cosas diferentes.

Sin embargo todos experimentamos frustración al no obtener determinadas cosas,  sólo que el sufrimiento no procede de no obtenerlas en sí, sino de no escuchar que es lo que queremos nosotros de manera individual en cada momento, que por cierto, suele ser justo aquello que se nos presenta en nuestra vida, aunque conscientemente creamos desear otras cosas.

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Incluso porque algo nos haga sentir bien un día o  momento determinado, no quiere decir que esto vaya a ser eterno y nos aferramos a desear su repetición sin darnos cuenta de que si ya no sucede, tal vez ya no lo  deseamos y nuestra alma quiera experimentar cosas nuevas que le permitan evolucionar y sin duda nos hará sentir bien.

Existen mil ejemplos, pero quizás el más sencillo sea cuando llega el fin de semana y uno cree que la diversión es salir, máximo si el anterior salimos y efectivamente nos sentimos muy bien. Si este no logro encontrar planes, me frustro y siento que algo estoy haciendo mal, cuando a lo mejor, lo que me proporcione la felicidad este día sea estar justo  donde estoy, conmigo a solas y ser creativo en mi soledad. Si nos resistimos a la situación difícilmente dejaremos el espacio para que suceda.

No nos limitemos a la hora de definir lo que nos dará el bienestar porque cada día puede ser una cosa diferente. No utilicemos los parámetros sociales,  de otros o nuestros propios recuerdos. Como siempre digo, busca el tuyo propio y disfruta……. a tu manera.

Vanesa Saavedra 

No te limites II

En el artículo anterior No te limites I hacia referencia al paralelismo existente entre la moral judeo-cristiana y las filosofías de la nueva era. Ambas basan sus pilares en no juzgar y en la perfección del las cosas tal como son y al final una basada en el ego y la otra en el diablo acaban juzgando nuestros actos tirando por tierra aquello sobre lo que se construyen.

Mi interés con este artículo es seguir rompiendo cadenas para conectar con la libertad de Ser.

Piensa en cuantas cosas dejamos de hacer por miedo a no gustar, no encajar ,no engordar, no sentirnos solos, no sentirnos diferentes, por miedo a equivocarnos, etc.

En consulta una de mis preocupaciones es que el paciente no use la información para limitar su manera de actuar sino que simplemente lo vea como una herramienta para tomar conciencia de algo que necesita descubrir para seguir evolucionando.

En realidad hay técnicas maravillosas, somos nosotros  los que las usamos como lazos para atarnos por miedo al cambio, la incertidumbre y la tan cacareada libertad.

La información por si misma no encadena, sólo es eso, información. Es lo que yo hago con ella lo que me ata o  libera.

Lo que me gustaría compartir es que sea la técnica o terapeuta que visites no  usemos la información para limitarnos por miedo a ser quien somos sino como una tijera virtual que nos libera del miedo a ser nosotros mismos.

 Vanesa Saavedra 

No te limites I

Las diferentes corrientes del mundo esotérico y espiritual nos hablan de la figura del “Ego”. En líneas generales dividen al ser humano en dos: nuestro “Ser interno” que tendría que ver con nuestra alma y parte divina y el ”Ego” o personalidad como la estructura que hemos construido para manejarnos en sociedad.

Muchos son las terapias y terapeutas que cuando les consultamos, en función de nuestros actos y siempre con buena voluntad, nos informan de si es el “Ego” o nuestro “Ser interno» quien está dirigiendo nuestra vida.

Curiosamente estas mismas filosofías hablan una y otra vez de la importancia de no juzgar y lo proponen  como un objetivo a alcanzar y  principal diferencia de la moral judeo-cristiana.

Otra de las premisas en este tipo de corrientes es que “todo es perfecto”, pero  en la práctica cuando algo es socialmente no aceptado  nos dicen que estamos actuando desde el “Ego” y por eso “nos va mal”.

En mi opinión no hay gran diferencia entre sentir que estoy actuando mal porque lo hago tentado por el diablo o por el Ego. En definitiva lo que estoy haciendo es juzgar lo que sucede en mi vida y negando el principio de perfección.

El mundo esotérico seguramente esté en evolución como tendría que estarlo la  religión y ambos podrían revisar estas contradicciones.

Como terapeuta he visto que cuando no juzgas ni intentas creer que sabes  lo que tendría que hacer el paciente para estar acorde con su “Ser interno” sino que das por supuesto que lo está haciendo, su evolución es cuántica, es decir, la persona acaba encontrando un camino propio y a su maestro interior, abandonando la desagradable sensación de que algún día será mejor…….que ahora.

Vanesa Saavedra