El trabajo corporal nos da acceso a procesos emocionales no resueltos tanto consciente como inconscientemente. Hoy sabemos que el ser humano usa menos del 10% de cerebro, esto quiere decir que la mayoría de nuestros actos tiene una motivación inconsciente.
Con el tiempo vi que el hacer un trabajo corporal también permite acceder a nuestros bloqueos inconscientes y liberarlos, aunque la forma de trabajarlos y su lenguaje sea diferente.
En la medida que fui trabajando mi cuerpo empezaron a aflorar deseos atrapados en mi interior y una mejor comunicación con mi inconsciente abriéndome la puerta de mi Ser interno. Lo que viene a continuación fueron los primeros pasitos que hoy quiero compartir.
El cuerpo mojado de piscina,
¿y el alma?…buscándose en tripa y corazón, rabiosa de experiencias.
Anhela más, pide ser vivida,
sentir cada todo de la vida …..y yo ….quiero dárselo.
La noto enlentecida, como un armario inmenso ocupado de deshuso.
Oigo el silencio de lo no vivido apunto de espirar.
¿Por qué no se lo doy? ese grito, el hambre son mias.
Al igual que lenguaje me falta transporte para actuar los anhelos de mi alma,
falta la llave que todo lo une.
Siento latir la densidad del vacío,
puedo ver sin ojos que ya está lleno, en perfecto orden comprendido.
El ahora es la amnesia del vacio entre el antes y el después: la Fe.
Vanesa Saavedra